viernes, 13 de septiembre de 2013

En fin...

Nací en pleno menemismo, pero no tenía ni idea. Me crié entre crisis, pero todavía no era consciente. Lo único que distinguía de chico, como normal, era los pibes y pibas en las esquinas, en los basureros, en las calles, buscando que comer, buscando como vivir, mejor dicho, como sobrevivir.
Cuando empecé a razonar por mí mismo, a tener mi pensamiento crítico ya teníamos de presidente a un Flaco, raro sin dudas. Néstor Kirchner.
Jamás me pareció que fuera un político, era distinto, era normal, hacia chistes, caminaba junto al pueblo, era, y es pueblo. Mas de grande me entere: Rompía el protocolo, se les revelaba a los que siempre nos tuvieron sometidos, vivía por los demás, lloraba cuando alguien le hacia un regalo, le tomaba la mano, o lo abrazaba: No tarde en darme cuenta, ese Flaco era joven.
Años más tarde les pidió, nos pidió, a los jóvenes que seamos transgresores, y casi 40 años antes un hombre decía “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Las dos frases nos decían lo mismo, ser joven y ser revolucionario es lo que tiene que ser, nuestro deber ser. Ser revolucionario, es ser transgresor, y ser transgresor es ser joven. Tenían un objetivo claro, despertar en nosotros a los jóvenes, adormecidos, callados, engañados, y lo lograron, porque somos miles, y porque si aunque sea solo fuera uno, el futuro estaría asegurado, y todo valió la pena.
Durante años y años nos mantuvieron callados, nos criaron a los golpes, con mano dura, en la escuela el que discutía era el “rebelde”, y el rebelde era el malo. Al que levantaba la voz, al que cuestionaba algo había que volver alinearlo, porque se salió del molde, porque ellos querían jóvenes iguales, destinados a vivir sin preguntar, sin criticar, a aceptar todo lo que veíamos como lo normal.
Que ser pobre, que no tener para comer, vivir en la calle, en la basura, en la miseria era culpa nuestra, por no haber estudiado, por no haber insistido. Que unos pocos puedan más que unos cuantos, era así, por que estaban destinados.
Uno de los legados mas grandes (el más grande para mí) del Kirchnerismo es haber despertado la juventud, la juventud maravillosa: La misma de la revolución de mayo, la misma que defendió nuestra soberanía e independencia, la misma de las montoneras federales, la misma de la reforma universitaria, y sobre todo la misma juventud de aquella “generación diezmada”, juventud revolucionaria, donde estuvo Néstor, donde estuvo Cristina. Jóvenes que creyeron en un mundo mejor, con ideales y convicciones que no se borraron nunca de sus mentes y corazones, mas allá de las bombas, de los fusilamientos, de compañeros muertos, torturados y desaparecidos: ¡Jamás nos vencieron, ni nos vencerán!.
Pensaron que si los mataban, que si nos mataban se terminaba todo, pero se confundieron, quisieron cortarnos de tajo y crecimos más fuertes que nunca. Sosteniendo las mismas banderas, con el amor delante de todo, estuvimos, estamos, y estaremos dispuestos a morir por nuestras convicciones, y sobre todo a vivir por ellas.
Ser joven, es no ser aquella persona que describía Bertolt Brecht, indiferente de lo que le pasaba a sus vecinos, a sus amigos, que solo vivía para sí, ser joven es no ignorar lo que pasa a mi alrededor, porque en definitiva ser joven es sentirse parte de un colectivo, y no de cualquiera: de un héroe colectivo, que no está destinado a cambiar el mundo, pero que dejara todo para hacerlo, porque la vida no tiene otro sentido, por lo menos para mí: El sentimiento de darle a un pibe humilde, a una madre pobre, a un hombre en la calle aquello que en realidad siempre le correspondió es inexplicable, e inigualable. El sentimiento de forjar una amistad, y un compañerismo con aquellos que tenes al lado, el saber de que comparten los mismos sueños, la misma historia y la misma lucha es sencillamente, hermoso.
Recuerdo, que una vez leí en un libro, un frase que me quedo grabada, y que la guardare por siempre en mi corazón, define mi vida y la de miles, y me dice que no estoy solo  y que nunca lo estuve, que tengo a mi lado no solo millones de compañeros, si no un historia gigante de lucha y resistencia, historia que hoy es presente y realidad, y que por eso no dejaremos pasar la oportunidad histórica de hacer de nuestro pueblo la patria soñada, en igualdad y libertad, donde todos nuestros pibes tengan para comer, vestirse, ir al colegio, trabajar, tener una familia, en definitiva, ser felices. La frase decía “Es simple: Mirar a la Patria, olvidarse de uno mismo, y darle al pueblo lo mejor de sí”.
Y por supuesto, aquella otra frase que marcara para siempre nuestra vida y nuestra historia "A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo". 

Por eso, a los mentirosos, chantas, estafadores, a los que siempre se beneficiaron del hambre del pueblo, a los que nos mantuvieron callados, a los que nos miraron siempre de arriba, sobrándonos, a los incoherentes, a los oportunistas que solo saben usar caretas, a los que pretenden matarnos y destruirnos les dejamos este mensaje, tengan miedo si quieren, porque la juventud se despertó, empezó un nuevo tiempo, el futuro llego, y el cambio es inevitable!!!

Ahora, digo, viendo como reaccionan todos los que tendríamos que bancar este proyecto, pregunto, esto es así o no ?? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario